El reconocimiento del título de Educación Técnica Superior por parte del Estado: una deuda histórica con el subsector

Publicado el 06/10/2025

Durante años, los graduados de la Educación Técnica Superior (ETS) en la República Dominicana han sido los grandes invisibles del sistema de educación superior. Con títulos acreditados por el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y tecnología (MESCyT) y competencias altamente especializadas, estos profesionales han enfrentado una paradoja insólita: formarse como expertos y ser tratados como técnicos básicos en los concursos públicos.

Hoy, sin embargo, los vientos de cambio soplan con fuerza. Un informe reciente elaborado por expertos del Instituto Técnico Superior Comunitario (ITSC) ha puesto sobre la mesa los contundentes beneficios económicos, sociales e institucionales que implicaría que el Ministerio de Administración Pública (MAP) reconozca formalmente el título de Técnico Superior dentro del régimen de la Ley de Función Pública.

De la invisibilidad al reconocimiento institucional

El problema es estructural: aunque el título está en el Nivel 5 del Marco Nacional de Cualificaciones (MNC), muchos técnicos superiores y/o tecnólogos son clasificados como técnicos medios (Nivel 3), lo que afecta su salario, su trayectoria laboral y su motivación.

Esta brecha normativa ha dejado fuera de concursos a miles de profesionales con formación superior, en sectores tan estratégicos como salud, tecnología, manufactura o servicios.

A modo de contraste, países como España ya han incorporado una categoría intermedia (“Grupo B”) que reconoce explícitamente a los Técnicos Superiores en sus escalas salariales y estructuras administrativas. ¿Por qué no seguir ese ejemplo?

Un impacto económico con una alta Tasa Interna de Retorno (TIR)

El informe plantea que el reconocimiento oficial del título por parte del MAP no es un gasto, sino una inversión. Veamos algunos datos clave:

6,400 profesionales (aproximadamente) ya están trabajando en el sector público con título de Técnico Superior, pero mal clasificados.

Ajustar sus salarios implicaría una inversión estatal anual de RD$768 millones, pero generaría beneficios fiscales y de productividad que superan con creces ese monto.

La recaudación fiscal adicional proyectada (por ITBIS e ISR) asciende a RD$170 millones anuales, gracias al aumento de ingresos en este grupo profesional.

Este efecto dominó también alcanzaría al sector privado, donde se espera que el reconocimiento impulse mejores salarios, retención de talento y menor dependencia de consultorías externas.

Educación técnica como motor de desarrollo

El estudio también advierte: “sin reconocimiento, la inversión educativa se estanca. Actualmente, formar a un estudiante de Técnico Superior cuesta en promedio RD$355,138. Si no se garantiza su adecuada inserción laboral, esa inversión se desperdicia.

En cambio, con un reconocimiento claro, se proyecta un aumento sostenido de matrícula en institutos como el ITSC y el ITLA. Solo en cinco años, se estima que la matrícula podría llegar a 47,000 estudiantes (actualmente ronda los 16,500 estudiantes activos en todo el sistema), generando un flujo de profesionales capacitados capaces de transformar la administración pública, el tejido productivo, la innovación, la productividad y la competitividad nacional.

Una decisión de justicia, estrategia y visión país

Reconocer el título de Técnico Superior no es solo una cuestión administrativa. Es una decisión estratégica, que tiene el poder de:

Revalorizar la educación técnica como vía legítima de desarrollo profesional.

Fomentar la meritocracia y la movilidad social en sectores históricamente excluidos.

Impulsar la eficiencia estatal, la recaudación fiscal y el crecimiento económico.

El Estado dominicano tiene en sus manos una decisión que puede transformar miles de vidas y, al mismo tiempo, fortalecer sus instituciones. El título ya existe. Solo falta el acto político y jurídico de reconocerlo plenamente.

Y si hoy pudiéramos revalorizar ese título que forma al talento que mueve al país… ¿cuánto más podríamos crecer como nación mañana?

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